Niño de tres años sostiene emocionalmente a un Darryl Parker disminuido psicológicamente

Darryl Parker tenía una noche no tan agitada que si bien es cierto su equipo perdía frente al Herediano 2 – 0, no era de su responsabilidad las anotaciones, parecía que los fantasmas sobre errores en portería habían desaparecido, hasta que al 93′ un remate de Yeltsin Tejeda cambió todo para el joven arquero, ahí se le vino a la mente «dejar todo botado».

«Por una parte, cuando finalizó el partido le dije a los compañeros que creía que no iba a seguir, pero me calmaron, me dijeron que lo pensara un poco más y que no me rindiera, llegó Miguel Segura, Yendrick Ruiz Esteban Granados y me apoyaron mucho. Quise dejar todo tirado, la verdad fue muy triste cerrar la noche así», citó el arquero.

Un niño de tres años es el que mantiene al jugador con los pies sobre la tierra, Parker asegura que su hijo es su mayor motivación, al pequeño le encanta el fútbol, y dice que no le podría quitar esa emoción de ir al estadio a ver jugar a su progenitor.

“Tengo una motivación que me frena a eso de dejar el fútbol tirado, que es mi hijo de tres años. Él disfruta mucho el fútbol, siempre que va al estadio me apoya y por lo mismo no tengo que dejar esto botado, y seguir hacia adelante”, dictó.

El jugador aseguró que después de cometer un error de esa manera hace que no desee salir de su casa, encerrarse y no ver redes sociales, sin embargo asegura que es algo que sucede habitualmente en el fútbol.

“En estos momentos uno no quiere ni salir de casa, ni hacer nada. Quiero llegar a mi casa, apagar todo y meditar el porqué de las cosas; son inexplicables esto que le da el lindo deporte del fútbol. Uno debe ser fuerte, todos dicen que soy el peor, pero no me considero así”, finalizó.

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